Quiero la fuerza de mi nombre para darte la sabiduría y la garra para que tu lucha en la vida sólo sea de batallas y no de guerras, que la fuerza de mi nombre unido al tuyo te de las artes para vencer y ser justo.
Definirte por bondad y nobleza, y cómo dice Pablo: Que la belleza te elija y que la vida mantenga siempre en tí esa sonrisa.
Mi niño, que la fuerza de tu alma me dé la comprensión para respetar tus decisiones y poder seguir tus pasos sin importar el camino que elijas, que me permita acompañarte sin imponer mi forma de ser o de pensar, solamente compartiendo tu camino.
Que tu sola sonrisa me haga siempre recordar, que tu compromiso con la vida es que seas felíz, no que me hagas felíz, eso siempre con tu felicidad vendrá por añadidura, que esos ojos que abres para buscarme me busquen siempre ya sea para arroparme con ellos o para darte consuelo.
Vicent Alexandre, ese es tu nombre, lo único que te habrá sido impuesto en la vida.
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